De nuevo, como cada año, los alumnos más mayores del Colegio La Purísima de Teruel han participado en la Gran Recogida del Banco de Alimentos. Organizados por turnos, la tarde del viernes y el sábado entero, los alumnos transformaron sus fines de semana para poder ayudar. Entre ellos se pusieron de acuerdo, pues tenían otras citas a las que no podían faltar, ya fuera con el deporte o con los libros, pues ya están inmersos en los exámenes trimestrales. Pero ellos saben que si se organizan da tiempo de mucho.
La cita era en el supermercado Alcampo. Ataviados con sus petos, que les encantaba lucir porque les dotaban de cierta autoridad y orgullo propio, se acercaban a la gente con una sonrisa y, claro, una bolsa en la mano. “¿Quiere colaborar con el Banco de Alimentos?”, difícil resistirse.
El voluntariado es importante. No solo por el mismo hecho de ayudar, sino por el de darse cuenta de que hay gente que necesita ayuda cerca de ellos. Estas actividades nos permiten a todos poner los pies en la tierra y entender que no todos tenemos las mismas oportunidades, ni la misma vida. Ese toque de realidad es muy interesante para el crecimiento personal de cada uno. Y la ocasión de aportar un granito de arena (de arroz, cabría decir esta vez) les hizo sentir realmente bien.
Pero estas acciones no solo benefician al voluntario o al que recibe la ayuda, sino que despiertan algo en el interior de los clientes de los supermercados. Primero, por ver que gente joven dedica unas horas del fin de semana a acciones solidarias y segundo, por ese pellizco de realidad que olvidamos, a veces, cuando llenamos nuestras cestas de la compra.
Es verdad que los supermercados son muy generosos durante todo el año a la hora de colaborar con el Banco de Alimentos, pero después de la pandemia se ha experimentado una disminución de las aportaciones y de los establecimientos que permiten la presencia de voluntarios en esta campaña, en especial en la capital turolense. No es ningún secreto que este año la situación es compleja. La subida de los precios no permite que se llenen las cajas solidarias como hace años. Pero no hay que pensar en lo que no se puede comprar o donar este año, sino en lo que sí. Y todo cuenta y todo suma. Incluso el aprendizaje que estas campañas nos dejan a todos. Es un abrir de ojos a las puertas de la Navidad que ojalá nos haga ser agradecidos por lo que tenemos y que nos haga querer ser solidarios, ponernos ese peto que nos acerque más a los demás.