El colegio La Purísima y Santos Mártires ha celebrado, un año más, la festividad de la Virgen de la Inmaculada.
La catedral de Teruel acogió el acto principal, una misa a la que acudieron todos los miembros del centro, desde lo más pequeñitos hasta los alumnos más mayores. La celebración transcurrió en perfecta armonía, destacando el impecable comportamiento de lo más chiquitines que no se movieron de sus asientos.
Sin duda, llamó la atención el coro del colegio. Durante los últimos dos meses, los alumnos de 1º y 3º de la ESO han estado ensayando sus voces e instrumentos, bajo la dirección de Rosa Gasque, profesora de Música. Aunque se trataba también de una actividad para la asignatura, lo cierto es que encantaron a todos los presentes, familias incluidas, que no quisieron perderse la actuación de sus hijos o nietos.
La actuación se cerró con un villancico, dando pistoletazo de salida a las celebraciones navideñas. Para la ocasión, el coro interpretó Noche de Paz con las flautas y encandilaron a todos.
Pero además de la misa, el cole invitó a todos los niños y personal a chocolate y magdalenas. En estos tiempos, se pensó en todo y también los alérgicos tuvieron su almuerzo. Los mayores, lo tomaron al sol de diciembre, en La Glorieta, para despedir el día festivo.
Esta celebración resulta siempre entrañable y refleja la comunidad que se ha creado en el colegio. Todos juntos, como una familia, acudieron a la Eucaristía y cumplieron con la tradición. Una tradición que en el cole tiene sabor a chocolate y con el que se aguarda la llegada de la Navidad.